Galileo Galilei nació en (PISA FRANCIA) el 15 de febrero de 1564. Lo poco que, a través de algunas cartas, se conoce de su madre, Giulia Ammannati di Pescia, no compone de ella una figura demasiado halagüeña. Su padre, Vincenzo Galilei, era florentino y procedía de una familia que tiempo atrás había sido ilustre; músico de vocación, las dificultades económicas lo habían obligado a dedicarse al comercio, profesión que lo llevó a instalarse en Pisa. Hombre de amplia cultura humanista, fue un intérprete consumado y un compositor y teórico de la música, cuyas obras sobre el tema gozaron de una cierta fama en la época. De él hubo de heredar Galileo no sólo el gusto por la música (tocaba el laúd), sino también el carácter independiente y el espíritu combativo, y hasta puede que el desprecio por la confianza ciega en la autoridad y el gusto por combinar la teoría con la práctica. Galileo fue el primogénito de siete hermanos de los que tres (Virginia, Michelangelo y Livia) hubieron de contribuir, con el tiempo, a incrementar sus problemas económicos. En 1574 la familia se trasladó a Florencia y Galileo fue enviado un tiempo al monasterio de Santa Maria di Vallombrosa, como alumno o quizá como novicio.
Galileo y la cosmología copernicana
Galileo se declaró adepto a la cosmología copernicana en una carta a Johannes Kepler en 1597. Sin embargo, no hizo público su copernicanismo hasta que en los descubrimientos astronómicos realizados mediante el telescopio creyó encontrar, además de una ocasión muy favorable, una cierta confirmación empírica de su verdad.
La confirmación más aplastante la obtuvo con el descubrimiento de las cuatro lunas de Júpiter, bautizadas como astros mediceos, que a sus ojos verificaban la relación copernicana de la Luna con la Tierra en movimiento alrededor del Sol. Galileo publicó en 1610 sus descubrimientos en un breve opúsculo titulado Sidereus Nuncius (La gaceta sideral), que causó enorme impacto y le hizo famoso en toda Europa.
En los años inmediatos hizo nuevos descubrimientos decisivos: las fases de Venus -imposibles en la astronomía ptolemaica; previstas por los sistemas copernicano y ticónico- mostraban que los planetas reflejaban la luz solar; las manchas solares y su desplazamiento evidenciaban un movimiento de rotación solar y una mutación que asestaba un nuevo golpe a la creencia secular en la perfecta inmutabilidad celeste.
No obstante, a pesar de que la ampliación del número de estrellas podía interpretarse como una confirmación de la enorme extensión del radio de la esfera estelar, Galileo no declaraba al universo infinito. No lo hizo nunca, tanto por prudencia ante la muerte de Giordano Bruno, condenado por la Inquisición a la hoguera en 1600, como por considerar que esta cuestión rebasaba la capacidad humana.
ASTRONOMIA
Si tenemos que destacar algun campo de la ciencia, donde Galileo Galilei brillara de especial manera, este no sería otro que la Astronomía. Así que hoy hablaremos de las aportaciones de Galileo en este campo.
Ya nombramos con anterioridad, que Galileo Galilei perfecciono el telescopio, sin duda parte fundamental de todos sus descubrimientos en este campo, y que le llevo a confirmar la teoría heliocéntrica expuesta por Copérnico.
- En primer lugar, aplicando su metodo de estudio, rechazo las ideas de Artistoteles (pese a que en la época, era el cientifico con mayor repercusión en la sociedad) en su teoria de mundo sublunar (la Tierra y todo lo comprendido entre el planeta y la Luna; un mundo imperfecto y cambiante) y traslunar (la Luna y más allá; un espacio con formas geométricas perfectas y movimientos regulares)
- Además gracias al telescopio, pudo observar las montañas y valles de la luna, por lo que pudo demostrar que la superficie lunar no era llana, tal como afirmaban los aristotélicos.
- Pudo observar los 4 satelites de Jupiter los llamados “astros mediceos” y comprobar que giraban en torno a Jupiter, y no alrededor de la tierra como se creía y se formulaba en la epoca, que todos los astros giraban alrededor de la tierra.
- En la linea de confirmar su teoría de que el mundo traslunar si que era cambiante, confirmo la existencia de las manchas solares, el sol estaba en continuo cambio, contrario a las ideas aristotélicas.
- Pudo observar la Via Lactea y afirmar que era un conjunto de estrellas.
- Descubrió el anillo de Saturno, pero la aun baja calidad del telescopio, le llevo a creer que eran satélites.
- Descubrió las fases de Venus y de Marte, solo aceptadas si se daba como ciertas las teorías de Copérnico.
Las observaciones que, con el telescopio, realizó Galileo aportaron las pruebas más fuertes en favor del heliocentrismo, que pueden ser enumeradas del siguiente modo:
- Las fases de Venus, unidas a su variación de tamaño, son sólo compatibles con el hecho de que, gire alrededor del Sol, ya que presenta su menor tamaño cuando se encuentra en fase llena y el mayor, cuando se encuentra en la nueva; es decir, cuando está entre el Sol y la Tierra, El hecho de que, sin la ayuda del telescopio, no se apreciaran las necesarias variaciones de luminosidad de Venus, si se quería que éste girase en torno al Sol, se explicaba entonces claramente también por la disminución de la superficie iluminada visible desde la Tierra cuando el planeta está más próximo a ella. Además, por sus fases, Venus resultaba ser, lo mismo que la Luna, un cuerpo obscuro.
- El descubrimiento de las montañas de la Luna, la hacían similar a la Tierra.
- Los satélites de Júpiter suponían que la Tierra no sería el único caso de cuerpo girando alrededor del Sol, sobre el que, a su vez, gira otro. Estos tres puntos implicaban que, al margen de las estrellas y cometas, todos los cuerpos del Universo, excepto el propio Sol, eran semejantes entre sí.
- El menor tamaño angular de las estrellas evitaba los inconvenientes de Tycho al modelo de Copérnico en el sentido dé que si la esfera de las estrellas fijas se hacía suficientemente grande para que no fueran apreciables efectos de paralaje por el movimiento orbital terrestre, las estrellas deberían ser enormes.
Vemos, en definitiva que las pruebas en favor del heliocentrismo aportadas por Galileo son de carácter fundamentalmente empírico y en absoluto basadas en elucubraciones simplemente mentales. Es cierto que Galileo, como Copérnico,. Tycho o Kepler, es un platónico. Pero en el sentido, de que para él, lo mismo que para los otros tres, el Universo ha de poder ser explicado mediante los números, pero Galileo no elucubra sobre si la naturaleza cristalina o no de la Luna existen las montañas porque él (o cualquier otro, con ayuda del un telescopio) puede observarlas. No elucubra sobre si Venus debe moverse o no alrededor de la Tierra. Sencillamente, verifica con sus propios ojos, que gira alrededor del Sol.
Todo esto le llevo a continuas discusiones con los teóricos eclesiásticos, hasta su persecución por la inquisición.